sábado, 3 de marzo de 2012
Me gustas porque no encajas en ningún lado
El pelo enredado, barba de tres días, cigarro en mano. Así fue como te conocí, empezaste siendo la tontería de cada día y ahora eres un vicio que he de sanar. Creo que nunca me he precipitado y me he asustado tanto a la vez, todo por la puta manía de creer que todo va a salir igual que siempre. La falta de ilusión no puede con mis ganas de volar, llegaremos alto. Puedo sentir la unión de nuestros pies bajo las sábanas a las siete de la mañana, oigo tus susurros a media noche jurándome que soy una mujer fatal. Tus besos, el desenfreno, tus inquietas manos revoloteando en mi entrepierna.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario